Ayer lunes, 21 de abril, el Papa Francisco dejó huérfanos a todos los cristianos católicos del mundo tras no superar los problemas de salud que padecía desde su ingreso en el Hospital Gemelli de Roma.
Desde Fundación Caja Inmaculada destacamos su carácter sencillo y desinteresado que ha estado presente prácticamente desde el primer día en el que llegó al Vaticano. Una vida llena de amor incondicional al servicio de los vulnerados y vulnerables. Un hombre humilde, humano y generoso.
