La Experiencia Temprana de Adversidad es un importante problema de salud
Pública, tanto por su potencial traumático como por su elevada prevalencia.
Esta nueva perspectiva requiere de un enfoque multifacético que incluya la
concienciación pública, la prevención e identificación temprana, así como
evaluaciones y tratamientos específicos del trauma
En edades tempranas el estrés tóxico produce cambios estructurales a nivel
cerebral y del sistema nervioso de los niños y las niñas, lo que puede conllevar
una serie de manifestaciones cognitivas, de regulación emocional y de
vinculación. Frente a la carencia de amortiguadores en contextos traumáticos,
la salud relacional necesariamente ha de ser devuelta en otros contextos.
Para lograr el impacto de estos esfuerzos reparadores, es necesario brindarlos
en un contexto organizacional o comunitario que esté informado sobre el
trauma, es decir, basado en el conocimiento y la comprensión del trauma y
sus implicaciones de largo alcance. Estos contextos hunden sus raíces en el
trauma, en su configuración estructural y cultural, con la finalidad de ofrecer
respuestas eficaces que aseguren la no retraumatización en sus acciones
En esta sesión, abordaremos el fenómeno de la adversidad temprana en su
variante relacional, sus consecuencias y manifestaciones sociales y culturales.
Se realiza una propuesta para conocer e implementar los principios de los
sistemas informados por trauma. Discutiremos cómo estos esfuerzos
multisistémicos deben ser llevados a efecto en entornos organizacionales que
estén informados sobre el trauma para el óptimo abordaje de las
consecuencias de éste, ofreciendo entornos e intervenciones que ofrezcan
seguridad y reparación en la infancia afectada.
